Una buena nutrición no se trata de seguir las reglas. Las personas más sanas que conocemos no son precisamente un modelo de la perfección. De hecho, te sorprenderías de cómo comen. Esto se debe a que, en lugar de seguir los consejos dietéticos de otra persona, han desarrollado una lista personal de alimentos basada en sus propias peculiaridades dietéticas.
Toman en cuenta no solo la nutrición, sino también sus preferencias de sabor individuales y cómo los hacen sentir los alimentos.
Este enfoque deja espacio para el helado, las totillas y los chocolates, y no requiere que coman alimentos "saludables" que no pueden soportar (o que no pueden tolerar).
¿Y sabes qué? El método funciona muy bien.
Les permite a estas personas comer de manera nutritiva, disfrutar de sus comidas y sentirse "en control" de los alimentos, sin sentirse restringidos o privados. Y, la mejor parte es que cualquiera puede hacer esto.
Con este método, tú mismo definirás tus propios alimentos de "luz verde", "luz amarilla" y "luz roja" en función de cómo funcionan para ti y tu cuerpo. (Y alerta de spoiler: "Luz roja" no significa nada malo).
Como sabes, la calidad nutricional es un elemento importante en la elección de los alimentos, pero no es el único. Tus gustos y aversiones, hábitos, objetivos y fisiología también juegan un papel.
Te lo explico:
🟢 Alimentos de luz verde = alimentos en cualquier momento y en cualquier lugar. Son alimentos que comes regularmente y con facilidad. Puedes comerlos normalmente, lentamente y en cantidades razonables.
Los alimentos integrales generalmente constituyen la mayor parte de esta lista, pero también puedes incluir alimentos que disfrutas simplemente por placer, en cantidades que funcionan bien para ti.
La densidad de nutrientes no es el único criterio aquí: tus "luces verdes" son alimentos que disfrutas, que se alinean con tu cultura y estilo de vida y hacen que tu cuerpo y/o mente se sientan bien.
Y, si bien fomentamos la alimentación consciente, los alimentos de luz verde son aquellos en los que no tienes que pensar demasiado. Solo cómelos y disfrútalos: así de simple.
🟡 Alimentos de luz amarilla = alimentos "a veces" / "tal vez" / "pequeñas dosis"
Sus "luces amarillas" son alimentos que puedes comer ocasionalmente, con un grado de precaución o atención plena.
Tal vez provoquen un poco de indigestión (pero no un viaje de emergencia al baño a gran escala).
Quizás prefieras disfrutarlos en pequeñas dosis, del tamaño de un bocado. O solo en determinadas ocasiones, como en un restaurante con amigos.
Vale la pena señalar que los alimentos de luz amarilla no tienen que ser alimentos "problemáticos". Pueden ser alimentos nutritivos que incorporas a tu dieta, a veces. O porque vas a una reunió, o porque tienes un antojo o tiempo de concinarlos en cierto día, etc.
Pueden ser cualquier tipo de alimento. El alcohol y ciertos "alimentos chatarra" podrían terminar en esta categoría, pero también la berenjena o alguna verdura que no comes regularmente por ejemplo.
🔴 Alimentos de luz roja = alimentos que normalmente evitas, minimizas o no los compras.
Los alimentos de luz roja no son malos. Son solo alimentos que eliges no comer (al menos la mayor parte del tiempo). Estos alimentos pueden no funcionar para ti porque:
👉🏻 No te ayudan a alcanzar tus metas
👉🏻 Siempre los comes en exceso
👉🏻 Eres alergico a ellos
👉🏻 No puedes digerirlos fácilmente.
👉🏻 Simplemente no te gustan
Los alimentos ultraprocesados a menudo entran en esta categoría, ya que muchas personas descubren que, una vez que comienzan a comerlos, no pueden parar. Algunas personas incluso los llaman "alimentos desencadenantes", porque después de dar un solo bocado, no puedes parar.
Nuevamente, esto no significa que evites estos alimentos todo el tiempo.
Es posible que no desees mantener el congelador abastecido con pay de queso, pero tal vez disfrutes felizmente una porción generosa en una ocasión especial.
Al mismo tiempo, los llamados alimentos “saludables” también pueden terminar en la lista de luces rojas.
Si el brócoli te causa inflamación o no te gusta, ponlo en la lista de luces rojas. (Porque ¿quién quiere comer alimentos que odias?)
Si las manzanas te provocan urticaria, es una luz roja.
Si la simple pechuga de pollo al horno te hace sentir como una persona que hace dieta con privaciones, lo adivinaste: comida de luz roja.
Vale la pena reiterar: poner algo en tu lista de luces rojas no significa que nunca puedas volver a comerlo. De hecho, a menos que tengas alergias graves, puede valer la pena experimentar de vez en cuando.
Podrías llegar a amar algo que actualmente no te gusta. O mejorar en comerlo con moderación.
La idea detrás de este método no es etiquetar los alimentos o seguir un sistema en particular “a la perfección”.
El propósito, más bien, es crear consciencia sobre qué alimentos funcionan mejor para ti y cuáles no. Para que puedas tomar decisiones informadas por tí mismo.
Muchos nutriologos recomiendan este método Pero no todos los sistemas de semáforos son iguales. Algunos programas lo aplican basándose únicamente en su interpretación del valor nutricional, para indicar qué alimentos deben constituir la mayor parte de tu dieta (verde), qué alimentos debes comer con moderación (amarillo) y qué alimentos debes comer con poca frecuencia y en porciones pequeñas. (rojo). Y la lista es exactamente la misma para todos.
Nuestro enfoque es diferente, por un par de razones:
Primero, no queremos sugerir que ciertos alimentos sean "malos" o estén prohibidos.
Y si bien ofrecemos herramientas para ayudar a las personas a tomar decisiones más saludables, nuestra gran intención es ayudar a los clientes a realizar mejoras y ajustes que se sientan bien para ellos.
Además, cuando se usa como una herramienta de creación de consciencia, descubrimos que el método de alimentación del semáforo puede ayudar a las personas a alejarse de los hábitos desordenados y experimentar una mayor sensación de autoeficacia, flexibilidad y disfrute con sus elecciones de alimentos.
Eso puede sentirse como un cambio de vida.
Cuando sabes qué alimentos funcionan bien para ti, cuáles mas o menos y cuáles causan problemas no deseados, la elección de alimentos se vuelve más fácil. Además, puedes adaptar tus semáforos en cualquier momento. Evolucionan contigo.
Mejor aún, tomas decisiones basadas en TI. Tu cuerpo, tu mente, tu salud. No la dieta, el plan de comidas, los puntos o las reglas de otra persona. Tus elecciones nutricionales se vuelven menos rígidas y más flexibles. La comida se vuelve menos estresante, no más.
Para poner tu lista en práctica, te doy un consejo: Mantén principalmente alimentos “verdes” a mano y disponibles. Naturalmente, comerás más de ellos.
Y, si deseas consumir menos alimentos en tu lista de luz "amarilla" o "roja", puedes hacer tu vida más fácil simplemente no comprándolos. (De esa manera tienes que ejercitar menos fuerza de voluntad cuando llegues a casa).
También puedes optar por comer alimentos que NO funcionan para ti. A menos que seas alérgico a muerte, comer de tu lista de "luz roja" siempre es una opción.
De cualquier manera, TÚ tienes el control y sabes qué esperar. (Lea: "Si sigo adelante y como esta comida, podría comer una gran cantidad en lugar de elegir algo de mi lista de luz verde. En este momento, estoy de acuerdo con eso").
Cuando se usa como una forma de conocerse mejor y tomar decisiones conscientes, este sistema no es restrictivo. es liberador.
Tu relación con ciertos alimentos cambiará con el tiempo, y eso es algo bueno.
La única constante en la vida, y en los seres humanos, es el cambio.
Tus gustos pueden cambiar a medida que envejeces. Tus prioridades también pueden cambiar. A veces se forman nuevas alergias e intolerancias. (Y si tienes mucha suerte, algunos pueden desaparecer).
No dejes que tus “semáforos” te definan o te mantengan atascado. En su lugar, considéralos una oportunidad para conocerte mejor a medida que evolucionas y creces.
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